El Plan maravilloso de Dios para tu redención
El 12 de agosto del año 2000 el mundo fue conmovido por la noticia del hundimiento del Kursk, un submarino nuclear ruso, en las heladas aguas del mar de Barents, al norte del círculo ártico. Llevaba en ese momento una tripulación de 118 personas. Expertos rusos estimaron que el submarino tenía suficiente oxígeno para que la tripulación pudiera sobrevivir por unas dos semanas. Los intentos de rescate se dificultaban debido a las condiciones adversas del tiempo: había fuertes vientos y poca visibilidad. Desde el mismo comienzo la prensa describía la situación de la tripulación como "extremadamente grave".
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